Creo que toda persona que visite El Papagayo coincidirá conmigo en que esta gente merece un aplauso por varios motivos. Dado que me gusta reconocer y valorar cuando alguien hace un buen trabajo, intentaré resumir algunos de estos puntos a continuación.
¿Qué tiene de especial El Papagayo?
Empezando por su arquitectura…
Lo primero que te llamará la atención del lugar es donde fue construido. Probablemente sea uno de los restaurantes más angostos del mundo. En tan solo 2,40 de ancho por 32 de largo, se animaron a construir un espacio gourmet de alto diseño y definitivamente lo lograron.
Cuenta la historia que era un antiguo pasillo entre casonas destinado para el ingreso de la servidumbre. En la actualidad, conserva muros de ladrillo que datan del año 1870.
En este lugar saben que el cliente es el rey y lo tratan como tal
Desde que uno ingresa al local, te reciben con un aperitivo (en nuestro caso fue Spritz) y 3 personas se turnan para que tu experiencia como comensal sea la mejor. El personal definitivamente no escatima en amabilidad y solo bastaba levantar la cabeza para que uno de ellos se acerque con una sonrisa a la mesa. Incluso al despedirte nos regalaron “un dulce para el camino”, como suelen hacerlo las abuelas. Uno se siente completamente mimado.
Originalidad, simplicidad y presencia de los platos
El chef del lugar es Javier Rodriguez, un compatriota santiagueño que tuvo la oportunidad de conocer e incluso trabajar en algunos de los mejores restaurantes del mundo. Este aspecto seguramente se refleja en varios de sus platos.
A diferencia de sitios tradicionales, El Papagayo no cuenta con un menú fijo sino que su carta va cambiando periódicamente. En la actualidad cuentan con dos tipos de menús: uno de 6 y otro de 9 pasos, a los cuales se le agregan incluso algunos snacks.
La simplicidad es uno de sus ingredientes. A partir de 3 ó 4 ingredientes, el chef se encarga de combinar sabores y colores; convirtiendo la cocina en una forma de arte.
El protagonismo de la cerámica
Algo que seguramente no pasa desapercibido en el lugar es “la bandada” que cuelga del techo; una cantidad impresionante de pájaros hechos en cerámica. La misma consiste en 800 kilos de cerámica distribuidos en 1500 piezas y colgados de casi tres kilómetros de cable de acero.
Asimismo, la vajilla artesanal es uno de los elementos que cobra un protagonismo esencial en cada uno de sus platos.
Por último, la carta de vinos
Para los amantes del vino, este no será un dato menor: al menú elegido es posible añadir un maridaje de vinos. De esta manera, cada plato de la degustación se acompaña con el vino más apropiado para disfrutarlo.
En fin, creo que por la propia experiencia que regalan al cliente la gente de El Papagayo se merecen un #bravo!. Para quienes pasen por Córdoba, Argentina y quieran visitarlo, les dejo sus datos:
Arturo M. Bas 69 – Córdoba
Reservas: 0351 425-8689
https://www.facebook.com/ElPapagayoRestaurant/